Hace 14 años, en mi natal Corn Island, me uní por invitación de una compañera de la escuela al club de adolescentes, un colectivo de aprendizaje que transformó mi vida para siempre.
Hoy, reflexionó y me acuerdo de aquel adolescente tímido que fui y como dicha decisión me ayudó a encontrar mi camino, y a ser consciente de la importancia de trabajar por otros, por la comunidad, sobre todo por los más vulnerables.
Los jóvenes son instrumentos de transformación social, la solución de las tantas problemáticas que existen en el mundo contemporáneo y que solo pueden ser resueltas o erradicadas por personas consientes y comprometidos con su entorno.
La educación es pieza clave en este proceso, porque ofrece las herramientas necesarias para resolver las problemáticas actuales y permite expandir conocimientos para multiplicar la buena andanza.
En el Día Internacional de la Juventud, todo mi cariño a los adolescentes, jóvenes, organizaciones y a cada individuo que se dedica a la transformación social. Mi invitación es a que sean dispuestos a la transformación social, a ser el cambio que desean ver en su entorno y que sigan sumando esfuerzos para hacer de este mundo un lugar mejor.