Más allá de una fiesta de la fe católica, para Nicaragua, La Gritería, conocida también como La Purísima, es un regocijo nacional, y que pue...

La Gritería, patrimonio de Nicaragua


Más allá de una fiesta de la fe católica, para Nicaragua, La Gritería, conocida también como La Purísima, es un regocijo nacional, y que puede considerarse también como patrimonio cultural e inmaterial.

Un homenaje a la concepción de la madre de Jesús de Nazaret, que evidencia la hermandad y solidaridad de un pueblo que comparte lo poco o mucho que ha podido juntar durante el año, con la certeza de que la prosperidad seguirá floreciendo.

Es herencia y promesa de muchas familias, quienes aún en la humildad o en la diáspora conservan esta tradición que identifica y llena de colores a Nicaragua, enalteciendo el azul, blanco y azul de la patria y la degustación de sabores tradicionales a través del brindis o gorra, a como se conoce popularmente.

Los cánticos, dulces y decoraciones son también prueba de nuestras raíces originarias, del mestizaje, de costumbres precolombinas que aún siguen vivas y que se han combinado con las traídas del otro lado del Atlántico, dándole origen a la idiosincrasia que hoy día caracteriza nuestro país.

La Gritería trasciende culturas y lenguas, desde El Viejo, Chinandega, donde se encuentra la imagen de la Patrona de Nicaragua—según la tradición local, en los alrededores de la Iglesia San Felipe en León, dónde vio su génesis esta tradición, e incluso en las comunidades ecuménicas de la costa Caribe.

Un día que reúne a adultos, jóvenes, niños y toda una comunidad para agradecer y celebrar la vida a través del compartir con demás personas, con flores, dulces y luces que recuerdan lo bello que es nuestro existir.

Por su valor espiritual, cultural y relevancia en nuestra sociedad multiétnica y pluricultural, el respeto debe prevalecer siempre, sea propio o no de nuestras creencias.

¡Felices fiestas de la Inmaculada Concepción de María!